Dios hace promesas, y una de las mejores cosas que podemos hacer es confiar en que Él las cumplirá. Quizá no en nuestro tiempo, pero confiamos en que las cumplirá en Su tiempo.
Esto es de la increíble historia donde el bebé en el vientre de Elizabeth saltó de alegría cuando María, embarazada de Jesús, estaba en la habitación. ¡Dios se hace conocer en lugares sorprendentes!