Dios no escribe nuestros pecados con un Sharpie. Están con marcador que borra. Y Él tiene la borra para removerlos de la pizarra.
El perdón humano siempre tiene un recuerdo adjunto. Perdonamos, pero siempre recordamos cómo nos han perjudicado. Bueno, Dios dice que elige olvidar. Lo borra de la pizarra para no volver a pensarlo nunca más.